El blanqueamiento dental es el tratamiento estético por excelencia. Es el más solicitado por los pacientes y permite recuperar el tono natural y radiante de la sonrisa.
El blanqueamiento dental es el tratamiento estético por excelencia. Es el más solicitado por los pacientes y permite recuperar el tono natural y radiante de la sonrisa.
Existen dos sistemas para blanquear los dientes, por medio de una lámpara LED o por láser. Los agentes blanqueadores que utilizan los dentistas son el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamidas.
Los blanqueadores dentales caseros, al igual que las pastas blanqueadoras, han ido haciéndose cada vez más populares. También han proliferado las ofertas de blanqueamientos dentales en clínicas de belleza, las cuales utilizan productos similares a los que utilizan los dentistas, pero en cantidades mínimas que no producen ningún efecto real. Sin embargo, también utilizan materiales abrasivos que rayan el diente y hacen parecerlo más blanco, lo cual es todavía más peligroso, ya que el esmalte es un tejido que una vez perdido no vuelve a regenerarse.
Es primordial que el blanqueamiento dental sea llevado a cabo por un especialista y que evalúe previamente el estado de coloración de los dientes del paciente, además de otros factores como la presencia de recesiones gingivales, sarro o de caries, que podrían provocar gran dolor y agravarse con el uso de blanqueadores sin supervisión.
Para que un paciente pueda someterse a un blanqueamiento dental es necesario tener la superficie de los dientes limpia, exenta de placa dentobacteriana, caries y fisuras, así como tener una banda de encía saludable libre de infecciones y recesiones. De lo contrario, el tratamiento está desaconsejado debido a que sus efectos pueden ser perjudiciales.
No es doloroso, aunque puede causar sensibilidad en los dientes. Usualmente la sensación desaparece 72 horas después del tratamiento. Durante ese lapso el dentista puede prescribir productos desensibilizantes para una mayor comodidad del paciente.
El tratamiento está contraindicado en personas con alergia al peróxido e hipersensibilidad dental. Por otro lado, las manchas ocasionadas por tetraciclina durante el periodo de formación del hueso son muy difíciles de eliminar mediante el blanqueamiento dental. Para ello, existen otros métodos estéticos para devolverle el color natural a los dientes, como las carillas y coronas de cerámica.
La duración del blanqueamiento dental varía de persona a persona y depende de los hábitos alimenticios y de higiene. Usualmente el tratamiento dura por lo menos un año, aunque en los pacientes fumadores y que toman mucho café y vino, los resultados suelen durar menos tiempo.
El blanqueamiento dental logra reducir varios tonos el color de los dientes en la mayoría de los casos. Mientras que algunas personas responden muy bien al tratamiento, otras pueden notar muy poca diferencia. Usualmente, las personas con dientes muy amarillos y manchados suelen tener mejores resultados.
Tener dientes más blancos mejora la autoestima. Sin embargo, el obsesionarse con tener unos dientes perfectamente blancos puede acarrear una serie de problemas en la salud dental. No todos los colores de dientes son iguales y depende del esmalte que tenga cada paciente.
Es imprescindible realizar una limpieza dental antes del tratamiento para eliminar las manchas superficiales y rastros de sarro. De esta manera se asegura la máxima eficacia del producto blanqueador (peróxido).
El principal cuidado que debe tener el paciente tras el blanqueamiento dental es evitar los hábitos que ocasionaron el manchado de los dientes en primer lugar. Hay que limitar el consumo de refrescos de cola, café, vino y de alimentos azucarados y ácidos, así como también el tabaco.
Si bien no existe evidencia de que blanquear los dientes pueda ser perjudicial durante el embarazo, tampoco hay suficiente información que pruebe que sea seguro. Por este motivo se recomienda esperar a que concluya el embarazo y la etapa de lactancia para someterse a un blanqueamiento dental.