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Los 7 mitos más comunes de los implantes dentales

Los implantes dentales son la mejor opción de reemplazo dental que existe actualmente en el mercado. De hecho, son uno de los mayores avances de la odontología de los últimos 40 años.

A diferencia de las dentaduras postizas convencionales, el implante se “atornilla” directamente al hueso maxilar y se fusiona con este por medio de un proceso llamado osteointegración, logrando una fijación total y duradera.

Sobre esta “raíz artificial”, se coloca una prótesis dental confeccionada con materiales cerámicos, que imita la estética y las propiedades físicas del esmalte natural de los dientes.

Sin embargo, la falta de información provoca la aparición de mitos y falsas creencias que pueden llegar a confundir a las personas que se requieren reponer sus dientes. Por ello, hemos elaborado una recopilación de algunos de los mitos más extendidos que suelen dar lugar numerosas preguntas en nuestros pacientes:

1. Son para las personas mayores

Los implantes dentales son para todas las personas en general, tanto para jóvenes como para adultos mayores. Como regla general, el paciente tiene que ser mayor de 21 años si es hombre y de 18 si es mujer; cuando el crecimiento óseo ha concluido.

Algo que ha contribuido a crear el mito es que cada vez es más común que las personas mayores se coloquen implantes en toda la boca. De esta forma pueden olvidarse de las incómodas dentaduras postizas y llevar una vida perfectamente normal.

2. El procedimiento es doloroso

Los implantes dentales no duelen durante su colocación, tampoco a lo largo del posoperatorio, ni con su uso posterior al morder y masticar.

La colación del implante o tornillo se realiza con anestesia local o, si se desea, con sedación intravenosa, por lo que las molestias son mínimas.

El postoperatorio es bastante llevadero si se siguen las recomendaciones del Periodoncista, quien además puede recomendar analgésicos para paliar posibles molestias.

3. No se ven ni se sienten naturales

Los implantes dentales se ven y se sienten como dientes naturales. Como se fusionan con el hueso, están permanentemente en su lugar, lo que contribuye a una función natural.

Con ello, se elimina la necesidad de usar prótesis dentales removibles y adhesivos incómodos.

Uno de sus beneficios es que mejoran la dicción, al ser una solución fija permiten al paciente hablar sin miedo a que sus prótesis dentales se muevan.

Además, brindan un excelente soporte y estabilidad a la hora de masticar. Las dentaduras, al no estar fijas, pueden moverse al tratar de ingerir alimentos sólidos, provocando molestias a la hora de comer.

4. Requieren de muchos cuidados

Los implantes dentales necesitan cuidados muy similares a las piezas dentales originales. Se debe evitar la formación de placa dental, ya que su acumulación provoca las llamadas enfermedades periimplantarias.

Por ello, la higiene dental y las visitas regulares con el Periodoncista o implantólogo son elementales para el mantenimiento a largo plazo de los implantes.

5. Son muy caros

Es cierto que un implante dental puede parecer caro, pero hay que tener en cuenta que tiene una duración bastante larga. De hecho, pueden durar toda la vida si se cuidan de manera óptima.

Tomando en cuenta que la duración de un puente dental es mucho menor y que además está condicionada a la salud de los dientes que lo soportan, los implantes dentales suponen una mucho mejor inversión.

6. Cualquier dentista los puede colocar

No, no cualquier dentista es apto para colocar implantes dentales.

El dentista que coloca implantes dentales debe estar ampliamente capacitado en cirugía oral y manejo de tejidos blandos y duros, así como tener bases sólidas de rehabilitación de implantes.

Necesita también ser capaz de evaluar el estudio radiológico de la zona a implantar y de realizar un plan de tratamiento adecuado.

Los Periodoncista cuentan con un entrenamiento en todas estas áreas y por ello, son los más aptos para colocar implantes dentales.

7. Todos son iguales

No todos los implantes dentales son iguales ni se comportan del mismo modo. Varían respecto a la fiabilidad de sus resultados tanto a corto como a largo plazo.

Casi todos los implantes están fabricados en titanio, pero el tratamiento (físico y químico) de su superficie y la fiabilidad de sus aditamentos para confeccionar la prótesis, marcan la diferencia.

El implante debe contar con el respaldo de una suficiente investigación a largo plazo para que sepamos, dentro de los parámetros sanitarios, que es un implante con una alta tasa de éxito a largo plazo.

Nota aclaratoria: la información proporcionada en este blog es de carácter informativo y no debe tomarse como medio de diagnóstico o tratamiento. 



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