La cirugía periodontal consiste en eliminar por medio de un pequeño abordaje quirúrgico los defectos del hueso y la encía ocasionados por la periodontitis a través de los años.
Cuando la periodontitis se encuentra muy avanzada, su cura no se consigue sólo con el raspado y alisado radicular (curetaje). Es necesario recurrir a la cirugía periodontal.
Después de realizar el curetaje, las bolsas periodontales remanentes en la encía pueden volverse a infectar. Para evitar que esto suceda, se eliminan con una cirugía. En la intervención, las bolsas se retiran mediante la remoción del tejido blando enfermo y se corrigen los defectos del hueso con injertos óseos mediante una cirugía ósea o alguna técnica regenerativa.
Los injertos óseos utilizados en la cirugía periodontal provienen del paciente, de un donador (como la persona que dona sus corneas o sus riñones) o de un animal, el cual es generalmente de origen vacuno. Todos los injertos son esterilizados para evitar la trasmisión de enfermedades.
Para la mayoría de los pacientes, la cirugía periodontal es el procedimiento más efectivo para controlar la periodontitis. El tratamiento es seguro, rápido y con mínimas complicaciones.
Aunque las indicaciones postoperatorias son personalizadas, se recomienda que el día después de la cirugía se eviten los alimentos calientes, ácidos e irritantes, así como las bebidas alcohólicas. Se aconseja ingerir alimentos semisólidos con poca grasa cuidando de no masticar del lado del área intervenida y beber muchos líquidos fríos. Se puede comer normalmente al segundo día, pero se deben evitar los alimentos que se desquebrajen, como las frituras, palomitas, etc.
Durante los cuatro días después de la cirugía, el cepillado debe hacerse evitando el área intervenida. Pasados estos días y durante dos semanas, el cepillado se realiza normalmente con un cepillo quirúrgico y utilizando enjuague bucal con clorhexidina. Se deben evitar los enjuagues bucales con alcohol.
Después de la cirugía, la encía puede sangrar levemente, sin embargo, no hay razón para preocuparse ya que el sangrado desaparecerá gradualmente.
Es normal también que el área intervenida se inflame ya que depende de la respuesta inflamatoria de cada paciente, del tipo de cirugía y de la extensión de la misma. Normalmente el proceso inflamatorio tiene una duración de cuatro días, en el cual el periodoncista prescribe antiinflamatorios y recomienda utilizar hielo en el área en donde se realizó la cirugía.
Generalmente las suturas se retiran una semana después de cirugía, sin embargo, si en la intervención se utiliza algún biomaterial como injerto de hueso, membrana o alloderm (matriz dérmica celular), la sutura que se emplea es distinta y tarda más en retirarse dependiendo de cada caso en particular.
