¿Qué es el bruxismo y cómo afecta a los dientes?
Se conoce como bruxismo a la contractura de los músculos de cierre de la mandíbula, existan dientes o no. Cuando hay dientes, el bruxismo incluye el rechinamiento o apretamiento de los dientes entre sí; y puede ocurrir cuando la persona se encuentra despierta o dormida.
Muy seguramente todos hemos apretado los dientes alguna vez antes de algún evento estresante, o haber notado que al despertar nos cuesta abrir la boca e incluso sentir una contractura muscular que afecta también nuestro cuello y espalda.
Aproximadamente el 10 % de las personas con bruxismo rechinan los dientes, siendo visible el desgaste, ya que los dientes se acortan y pierden sus cúspides. El 90 % restante solo aprieta los dientes, por lo que el desgaste es menos visible, el daño se produce en el cuello de los dientes, cerca de la encía y se le llama abfracción.
Las abfracciones asociadas al bruxismo por apretamiento pueden llegar a producir un gran desgaste del cuello de los dientes con el tiempo. En el caso de bruxismo por rechinamiento, el desgaste puede llegar al extremo de desaparecer gran parte de los dientes.
¿Cómo se diagnostica el bruxismo?
En la mayoría de los casos el diagnóstico se basa en el reconocimiento del hábito, cuando la persona es consciente de apretar o rechinar los dientes. Cuando la persona no se da cuenta, el grado de desgaste es el que indica la presencia y la intensidad del bruxismo.
¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?
Los síntomas relacionados con rechinar los dientes incluye las siguientes manifestaciones:
- Dolor de dientes, mandíbula, cabeza y cuello: la presión ejercida sobre la zona genera una tensión en los alrededores que provoca inflamación y dolor. En ocasiones este dolor alcanza a los oídos.
- Desgaste de los dientes, fractura de los dientes o rotura del esmalte: apretar de forma continua sobre la misma zona debilita los dientes, produciendo lesiones con graves consecuencias.
- Sensibilidad muscular y dental: especialmente por las mañanas. La sensibilidad a la temperatura de los alimentos o líquidos es habitual cuando se producen lesiones en los dientes o bien sensibilidad al masticar.
- Cambio en la mordida: es frecuente que la presión continua ejercida en la mandíbula puede modificar la mordida.
- Insomnio: la tensión o presión que la mandíbula sufre provoca que la calidad del sueño no sea correcto o incluso muy malo.
- Problemas cervicales: la presión fuerte en la zona de la mandíbula puede producir contracturas cervicales debido a la proximidad y como consecuencia mareos o vértigos.
¿Qué causa el bruxismo?
Las causas del bruxismo pueden tener diversos orígenes:
- Trastornos de ansiedad o estrés: suele ser la causa más común. Los problemas vividos durante el día que se acumulan al llegar la noche y el enfrentarse a situaciones que producen ansiedad pueden provocar tensión y fricción en las mandíbulas.
- Trastornos en la boca: una mordida que no encaja bien a la perfección, la falta de un diente que provoca que las demás piezas se muevan o la rotura de algún diente que fricciona con otro son problemas que pueden provocar bruxismo.
- Trastornos del sueño: los trastornos del sueño, como el insomnio, pueden producir tensión en la mandíbula.
¿Qué consecuencias tiene el bruxismo?
La fuerza ejercida por el bruxismo puede llegar al extremo de romper el diente. Lo mismo puede suceder incluso con el material con el que se hacen los implantes dentales.
Cuando los dientes han perdido parte de su sujeción debido a la enfermedad periodontal, el riesgo de pérdida dentaria se duplica, y si se añade el impacto del tabaquismo, el riesgo llega a ser cuatro veces superior.
¿Cómo se trata el bruxismo?
El bruxismo no es propiamente una enfermedad, sino una actividad muscular con diferentes grados de intensidad. La forma más eficaz para protegernos del desgaste de los dientes ocasionado por el bruxismo es mediante una guarda oclusal rígida que permita el movimiento de la mandíbula libremente.
¿Cómo evitar el bruxismo?
Para poder evitar el bruxismo, lo primero que hay que hacer es averiguar las causas que lo provocan, ya sea estrés, ansiedad, desórdenes del sueño, una mordida anormal o dientes torcidos o que faltan.
El bruxismo nocturno es más complicado de controlar conscientemente, por ello, la recomendación es usar una guarda oclusal rígida para evitar que los dientes rechinen y se desgasten.
Nota aclaratoria: la información proporcionada en este blog es de carácter informativo y no debe tomarse como medio de diagnóstico o tratamiento.